martes, 19 de octubre de 2010

La verdad y sus adjetivos

Dice Spaemann: "Quien está principalmente interesado en si una opinión es progresista o reaccionaria, elitista o igualitaria, integradora o polarizadora, sin ocuparse de si es verdadera o falsa, en modo alguno mantiene un discurso e interés filosófico" (1)

Y es que la verdad con adjetivo no es verdad. Y la opinión no construye ciencia.

Si el intecto está hecho para conocer la verdad ¿cómo es posible que alguien piense que está condenado a una tarea imposible?

Santo Tomás sostiene que la naturaleza "en general" está bien hecha. ¿Acaso los filósofos relativistas tienen tarada su capacidad intelectual?

Como sostengo en otro artículo: su relativismo no les impide vivir y prosperar, luego o mienten o están esquizofrénicos.

(1) Ver: "El rumor inmortal", de Robert Speamann, Rialp 2010, pág. 205

miércoles, 6 de octubre de 2010

Unidad y pluralidad

Ésto lo escribió Newman, le encantaría a Chesterton y lo recoge nada menos que Speamann. Newman con este texto habla de Universalidad: "todos caben"; Chesterton hablaría de "familia", de hogar, de casa común. Speamann habla de pluralidad, de lo contrario a la uniformidad. San Josemaría hablaría de un común denominador "pequeñísimo" y un numerador "variadísimo" en el pueblo cristiano.

Dice así Newman en 1846 escribiendo a Wilberforce:

"Una catedral católica es algo parecido a un cosmos. Cada cual va a sus propios asuntos, pero todos conforman de hecho una única realidad religiosa.Grupos de gente que reza y otras personas en solitario que se arrodillan y se levantan; unos ante relicarios, otros ante los altares, oyendo la Misa y comulgando; oleadas de devotos que se cruzan y tropiezan; un altar tras otro se ilumina para el oficio divino, como las estrellas en el cielo; o la campana anuncia algo que tendrá lugar en alguna parte que no se ve, y mientras tanto en todo momento los canónigos rezan en el coro maitines y laudes. Finalmente se elevan en el altar mayor nubes de incienso, y todo esto en una de las construcciones más maravillosas del mundo, y todos los días; en fin, sin pompa ni exageración, más bien parece que cada cual lo hace por costumbre; cada persona s entrega a sus propios asuntos y deja a los demás con los suyos".

Hoy en algunos lugares de culto pasa lo mismo. No hace falta mas que ir a la Basílica del Pilar. Otros, por la frialdad de los hombres, están vacíos pero mantienen sus inumerables altares y nichos para ser rellenados de una piedad plural.

Y es que lo católico es lo más libre del mundo. Tantos modos de imitar a Cristo como cristianos y sólo un único modelo: Cristo. Pluralidad y Unidad, siempre se suma, como le gustaba decir a Chesterton.


frid

Ver: "El rumor inmortal" de Robert Spaemann, Ed.Rialb, Madrid 2010, página 130