Wislawa Szymborska es poeta, pero además cuando maneja la prosa la llena de encanto, de un estilo sugerente y nada previsible.
El otro día leí un minicapítulo de su obra "Lecturas no obligadas", habla de mostruos y divaga... hay mostruos que nosotros amamos y acompañan nuestra infancia: el come-galletas de mis sobrinos, o el del Lago Nes, o tantos otros buenos y malos.
Pero hay mostruos mostruosos, y esos son bustoparlantes.
Cito la definición de ese mostruo sin paliativos, sin atenuantes, sin atractivos: "Hombre corroído poer el odio. Conocido desde tiempos inmemoriables. Nunca cambia; solo cambian los métodos (...) Escupe. Siembra el caos creyendo restablecer el orden. Le encanta expresarse en primera persona del plural (...) Se aparta siempre de la verdad en aras de un bien superior. Privado de cualquier sentido del humor. (...) No le interesa conocer (...) a aquellos que considera sus enemigos (...) Por norma general ve sus brutales acciones como una consecuencia de la provocación de otros. (...) Experto en nacionalismo, anti-semitismo, fundamentalismo, lucha de clases, conflictos generacionales o todo tipo de fobias personales a las que debe dar expresión pública. Dentro de su cráneo se encuentra un cerebro, lo cual no le molesta demasiado..."(pp 175 y 176)
Esos son los sembradores de odio que siempre han existido, los que usan la palabra como arma arrojadiza, los que dividen a la humanidad en buenos (ellos) y malos (el resto), los constructores de paraísos terrenales futuros a base de martirizar a los hombres del presente, los iluminados de todas las épocas. Si uno hace examen verá que es una contaminación que debemos evitar a toda costa.
frid