martes, 4 de agosto de 2009

Un pensamiento


De Juan Manuel de Prada:


"Forzaban los partos inyectando a las embarazadas sustancias químicas que provocaban fortísimas contracciones en el útero: a los fetos de siete u ocho meses, les inyectaban calmantes para evitar que pataleasen y luego, apenas asomaba la cabeza, los decapitaban, o les introducían un catéter por la región occipital que les succionaba el cerebro. Para desprenderse de sus cadáveres, los introducían en una maquina trituradora que los reducía a papilla orgánica y los arrojaban al desagüe" (1)


No es un fragmento de una novela de horror. Es un horror real de la ¿clínica? Molins en Barcelona.


¿Monstruos?


Consecuencia: el gobierno de España modifica la ley del aborto para que todo eso quede impune en defensa de los derechos de los abortistas.


¿Quién anda bien por ahí?


(1) La nueva tiranía, de Juan Manuel de Prada, LibrosLibres, Madrid 2009, página 271

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