No es un invento nuevo, basta bucear en los escritos de San Jerónimo (siglo IV). Ha pasado ya la época heroica de la persecución religiosa, no así la del tranquilo disfrute de la práctica de la fe: herejes y bárbaros acechan. La "iglesia doméstica" ya es una realidad. Suenan los ecos de las cartas de San Pablo cuando dice "padres, no exasperéis a vuestros hijos", "hijos obedeced a vuestros padres"...
Dice San Jerónimo a los padres de una muchacha cristiana: "Que encuentre en ti a su maestra, y que en su inexperta niñez te mire con admiración. Que nunca vea en ti ni en su padre actitudes que la lleven al pecado por imitación. Recordad que (...) podéis educarla más con el ejemplo que con la palabra" (1)
Sabiduría de siglos que todo gobierno totalitario conoce y por eso ataca. Los hijos en el ambiente familiar aprenden valores. Los hijos arrebatados por el Estado o educados por una Institución "sin alma" naufragan y tienen más dificultades para ser felices y encontrar la clave de su existencia.
(1) Ver: Los Padres de la Iglesia, Benedicto XVI, Colección Raíces de la fe, Ciudad Nueva, Cienpozuelos 2008, pág. 184
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